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Nuestra materia prima, tierra y clima

Ahora parece que hacer vino es solo un complejo proceso técnico basado en nuevas métodos y avances tecnológicos pero los recientes cambios de temperaturas que hemos experimentado estos días nos recuerdan algo que nunca debemos olvidar: la madera, la levadura y el corcho tienen que ir siempre de la mano de la tierra y el clima.
Temperaturas propias del verano en marzo, un abril sin aguas mil y nevadas dos días después de que los termómetros alcancen los 20 grados son pruebas inequívocas de que en este planeta algo está pasando, y muy rápido. El cambio climático es una realidad, y los que trabajamos con la tierra debemos adaptarnos a su velocidad.
Pero a pesar de los esfuerzos humanos y tecnológicos que se ponen en marcha, en todas las bodegas seguimos viviendo del campo y mirando al cielo cada mañana. Aunque aún es pronto para hacer una evaluación, el clima de los últimos días mantiene en vilo a muchos compañeros y nos obligará a esforzarnos un poco más esta temporada. Aún estamos en el mejor momento, la experiencia nos ha demostrado que la capacidad de regeneración de las vides es casi inagotable. Por ello, la ilusión y el empeño de todos los que trabajamos con el vino podrá con los obstáculos climatológicos. ¡Por una buena añada!.