Cubiertas vegetales en sequía

Cubiertas vegetales en sequía

La sequía que está viviendo toda la península ibérica durante este 2023 afecta a gran parte de los cultivos y será una de las señas de identidad más importantes que recordaremos de esta añada. En este momento de brotación y primeras fases del ciclo de la vid en el viñedo, en Pago de Carraovejas buscamos entender y adaptarnos al año atípico que estamos viviendo. Conseguirlo es el único camino para poder expresar la singularidad de la finca.

Desde el ciclo de 2017, uno de nuestros principales activos en viticultura han sido las cubiertas vegetales: para lograr ese equilibrio que requiere la uva de calidad en el viñedo necesitábamos controlar el exceso de vigor y la erosión del suelo, entre otros beneficios.

En algunas zonas de la finca, utilizamos cubiertas vegetales espontáneas o sembradas para conseguir la competencia sobre la cepa: las zonas bajas de la ladera pueden acumular más agua y buscamos crear esa competencia. En otras zonas, las cubiertas vegetales nos han aportado abono verde al viñedo, con siembras de especies de plantas que en su desintegración beneficiaran a la viña y al suelo con la aportación de nutrientes.

También las cubiertas vegetales se siembran en las zonas de ladera con más pendiente para evitar la erosión del propio suelo. Algunas de nuestras parcelas de la zona alta de la finca necesitan la siembra de especies vegetales que sujeten el suelo.

La otra gran aportación de las cubiertas vegetales a la viña es la biodiversidad. Con un suelo lleno de cubiertas especies vegetales e insectos hacen que el equilibrio que aporta la propia naturaleza sea el idóneo.

Al finalizar el ciclo extremadamente seco de 2022 en el valle de Carraovejas, decidimos que, para este año, el manejo de las cubiertas vegetales se redujera a unas pocas parcelas. Esta decisión se tomó teniendo en cuenta la predicción y la experiencia de ciclos como el pasado en la finca. Los meses de enero y febrero han sido bastante secos pero, la situación se ha agravado con la poca acumulación de precipitaciones durante los meses de marzo y abril.

Retirar las cubiertas vegetales en sequía

La realidad de 2022 y 2023 nos ha llevado a tener que buscar el equilibrio de la viña sin los beneficios de las cubiertas. La falta de lluvias hasta el otoño del año pasado hizo que decidiéramos sembrar muy pocas cubiertas vegetales en nuestros viñedos, respecto a las añadas anteriores. Y la poca previsión de precipitaciones durante las próximas semanas han hecho que, durante los últimos días, estemos pensando en la retirada de algunas de esas pocas cubiertas que tenemos este año.

El estrés hídrico que estamos sufriendo este 2023 nos lleva a tomar decisiones: este ciclo preferimos evitar un sufrimiento excesivo de nuestras cepas por encima de todos los beneficios que las cubiertas vegetales nos pueden aportar un año normal.

Además tenemos que tener en cuenta que, en años con escasez de precipitaciones en momentos críticos del año, el riego se convierte en necesario. Con un uso consciente del agua, tan importante en brotación como en otros momentos del ciclo de la vid, nos lleva a buscar la reducción de su uso, ya que el viñedo con cubiertas vegetales necesitan más cantidad de agua.

La realidad de cada ciclo

Tenemos que entender e interpretar la realidad de cada año. Esa es la dificultad de los viticultores. Mientras retiramos las últimas cubiertas vegetales espontáneas de nuestros viñedos somos conscientes de que, cuando las precipitaciones vuelvan, nuestra viticultura se volverá a adaptar. Poder adecuar los trabajos al momento que vivimos cada año nos permitirá encontrar un equilibrio óptimo en viñedo. Y elaborar un vino mejor cada añada.