2017
Año caracterizado por una fuerte sequía, el invierno destacó por no ser especialmente frío y con muy pocas precipitaciones. Solamente los meses de enero y febrero acumularon 30 litros de lluvia, menos de la mitad de un año normal. Empezamos a ver los primeros lloros a finales de marzo/principios de abril y la brotación fue muy precoz, entre el 15 y el 25 de abril. A finales de abril tuvimos un episodio muy fuerte de heladas que afectó a parte de nuestros viñedos y que gracias a las torres antiheladas pudimos frenar, en cierta medida. Se registraron temperaturas de menos 7 grados centígrados en Mélida a fecha del 28 de abril. La viña fue poco a poco recuperándose y las temperaturas amables de mayo y junio junto con la escasez de lluvias, provocaron que tuviésemos una floración óptima para la viña. El verano fue muy caluroso y con escasas lluvias, afortunadamente se dieron varios episodios de lluvias en julio y finales de agosto que ayudaron a controlar el vigor y crecimiento de nuestro viñedo de forma equilibrada. Los rendimientos finalmente han sido bajos (40% menos), consecuencia de las heladas, pero la producción será de una gran calidad, manteniendo el viñedo un estado sanitario perfecto hasta el periodo de vendimias. La vendimia se inició el día 19 de septiembre y finalizó el día 30 de septiembre. Se realizó sin ningún contratiempo climatológico.